miércoles, 7 de octubre de 2009

Iglesia de San Miguel [Kostel sv. Michala] (Praga)

[09/09/09]
50°04'42.38"N - 14°23'54.32"E - Elev. 264 m.

Situada en los tranquilos y semidesiertos Jardines Kinsky (Kinského Zahrada), en la colina de Petřín en el barrio de Malá Strana en Praga, se encuentra esta pequeña sorpresa que no aparece siquiera en muchas guías de la ciudad. Estamos hablando de la Iglesia de San Miguel (o Kostel sv. Michala en su versión original).

Originalmente construida en Velké Loučky cerca de Mukačevo, hoy la región de Zakarpatia (Zakarpatska) en Ucrania, durante la segunda mitad del siglo XVII, fue vendida en 1793 a la población vecina de Medvedovce, mucho más rica, por lo que fue desmontada y trasladada desde su ubicación original.

Un porche rodea tres de las cuatro paredes de la iglesia

Más tarde, en 1929, fue cedida a la ciudad de Praga y trasladada a su nuevo y definitivo emplazamiento. La operación fue financiada por el Museo Nacional y fueron necesarios cuatro vagones ferroviarios para el traslado de todas las partes que fueron numeradas para su posterior reconstrucción.

Detalle del ensamblaje de las diferentes partes

Tras un proceso de selección, finalmente la colina de Petřín fue el lugar elegido para instalar esta preciosa iglesia para que pudiera estar situada de nuevo en un lugar prominente de la ciudad y rodeado de vegetación, al igual que en su emplazamiento original.

El edificio entero está construido con madera y mide alrededor de 14 metros de largo por 8 metros de ancho. La torre más alta alcanza los 17 metros, mientras que las otras dos son más pequeñas y están situadas sobre el crucero y el coro.
En las tres torres policromas podemos observar los colores blanco, verde y rojo, símbolos de la fe, la esperanza y el amor.

Las torres tienen planta cuadrada, tejados adosados soportados por pilares, cúpulas con forma de cebolla y cruces en su parte más alta.

Las complejas cruces se asemejan, a primera vista, a antenas de TV,
aún más si observamos el cable que las convierte en pararrayos...

El color rojizo oscuro casi negro de su mayor parte contrasta fuertemente con el resto de iglesias (barrocas en su mayoría) del resto de la ciudad, pero se funde perfectamente con el entorno natural.

Cuando nosotros llegamos allí estaba cerrada, aunque se siguen celebrando oficios religiosos para los ortodoxos rumanos de la ciudad puesto que el horario estaba colgado en el tablón de anuncios de la puerta de entrada.

Unas jardineras acaban de darle ese toque especial

Mirando hacia el interior desde una de las pequeñas ventanas pudimos observar el altar y parte de la decoración, pese a que estaba bastante oscuro.

Debido a su emplazamiento y dado que está rodeada de vegetación, la iglesia no es visible desde la distancia en los meses estivales (no es así en invierno, cuando el bosque pierde frondosidad), lo que la hace difícil de encontrar para todos aquellos turistas que se disponen a buscarla en el laberinto que conforman los caminos peatonales de los Jardines Kinsky.

Tejas como escamas de saurio...

No es así para los jóvenes locales, que la usan como centro de reunión lejos de las miradas de los adultos como pudimos comprobar y dado los grafitis en el muro contiguo a la iglesia..

Vista desde dentro del porche. Al fondo el muro con los grafitis

Vista de uno de los pasillos laterales del porche

Fuentes:
http://www.praha.eu/

6 comentarios:

  1. Qué de horas haciendo fotos... y lo que nos costó llegar hasta ella. Los caminos en obras por los jardines no ayudaron mucho, la verdad.
    ¡Las vacaciones no deberían estar hechas para luchar contra los elementos!

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  2. Lo bueno de ésta tecnologìa moderna es que nos permite disfrutar,gracias a tus maravillosas descripciones e imàgenes,de lo que no vimos...Otra excusa para volver a Txequia.Esperem més sorpreses

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  3. ¡Muchas gracias por vuestros comentarios!

    Tenéis razón con lo de la tecnología, antes era horrible tener que tirar de carrete porque a la hora de revelarlos te dejaban seco.

    Lilith, ¿y lo bien que te lo pasaste?

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  4. Ciertamente, disfuté mucho del paseo, aunque seguramente mis pies no te darían la razón tan a la ligera...

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  5. Un edificio singular... por lo menos para lo que se solemos conocer. Muy original!

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  6. Ciertamente es un edificio que contrasta con el resto de la ciudad de Praga, así como con nuestras típicas construcciones de cemento tan impersonales.

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